Estoy casi segura que muchas habréis escuchado sobre Manhattan, Queens, Brooklyn o Bronx. Pero de Staten Island, no, ¿verdad? Es un borough más de Nueva York. ¡Quién lo diría! El menos conocido, que no el menos importante. Borough, para que nos entendamos, es una región similar a un distrito de una ciudad. Stanten Island es uno de los cinco distritos, el más olvidado y abandonado de Nueva York. Llegué a la isla por curiosidad y sin ninguna expectativa. El viaje es disfrutable, no por el tiempo. Una hora en metro desde Long Island a Lower Manhattan, media hora en Ferry hasta el Puerto St. George Staten Island y por último, una hora más en el bus S74 hasta el centro de la Isla.

INFORMACIÓN: El Ferry a Staten Island es gratuito. Es lo más cerca que puedes pasar de la estatua de la Libertad y de la Ellis Island (Museo de las Migraciones) sin pagar.

El recorrido en bus me permitió conocer la vida cotidiana en la Isla, sus calles y sus construcciones. La zona de casas con aspecto residencial, son casas construidas por la clase media en la época de mayor apogeo económico de la Isla en la Revolución Industrial. La Avenida Richmond atraviesa la isla de punta a punta, ese nombre era el del Distrito hasta 1975. En ese año el Ayuntamiento decidió cambiarlo por su nombre original. Los colonos holandeses la llamaban ‘Staaten Eylandt’, con una pequeña traducción quedó “Staten Island”. Por esa época, empieza un movimiento en la Isla por el Dutch Revival. Recuperar el pasado histórico de la Isla.

El conductor del Bus me preguntó a dónde iba contesté “Historic Richmond Town”. Me miró extrañado y me dijo “No hay nada que ver allí, no hay nada que ver aquí”. Cuando llegamos, en la puerta el conductor me volvió a repetir la frase. Sí había, me bajé haciendo oídos sordos. El clima no me acompañó en mi aventura. La en una carretera con bosque a ambos lados, árboles desnudos y hojarasca en el suelo. A dos cuadras se veían las lápidas de un cementerio, a otras tres una iglesia solitaria, alrededor algunas casas muy, muy antiguas. Esperando a poder cruzar la cera tras haber visto el cartel de “Historic Richmond Town”, encuentro un letrero clavado al suelo VOORLEZER’S COURTHOUSE, C. 1695. Observo la casa, bajo la mirada y la desvío hacia la derecha donde había un camino hacia el bosque, encuentro otro letrero: BOEHM HOUSE, C.1750. Aquello era una villa de casas antiguas, un pueblo museo. ¡Vaya sorpresa más maravillosa!

Durante media hora no vi a ningún ser humano a la redonda. Una puerta se abrió del edificio más grande y moderno que había. Después me enteraría que aquel edificio, este sí, de un estilo Greek Rivival o Federal, había sido el Ayuntamiento de la antigua Richmond. En los últimos años la administración se trasladó cerca del Ferry. Acortando distancias, como se dice. Tres personas había en el interior, una de ellas grita “Grace, tenemos una visitante”. Y Grace me atendió, me puso un vídeo y se disculpó. Nadie va en invierno a Richmond Town, en verano esta más animado. Todas las personas de allí son voluntarias y en invierno aprovechan a realizar tareas de restauración.

En Richmond Town, lo que te rodea es el trabajo de un pueblo por recuperar su historia.Staten Island Historical Society es la entidad que impulsó el proyecto de conservación y preservación de patrimonio. Se observa en sus recursos que necesitan del trabajo voluntario, y una gran comunidad de vecinos y vecinas, mayoritariamente retirados, atienden y cuidan del lugar. Las sociedades históricas en Nueva York, son grupos de personas del distrito que quieren cuidar el acerbo histórico del lugar. Es una iniciativa voluntaria y después se convierte con el beneplácito de la administración en un punto de interés histórico. Algunas de estas sociedades históricas reciben una financiación mayor desde la administración o donaciones privadas y otras menos. De las sociedades históricas que conozco, Staten Island HS no parece recibir demasiados recursos. Una razón por la que a menudo aceptan ofertas de películas para filmar en la Villa.

INFORMACIÓN -> La entrada a Richmond Town es gratuita con el cultural pass de las bibliotecas de New York, Queens y Brooklyn.

Después del vídeo fui al Museo, una casa detrás del Ayuntamiento. La recepcionista una señora mayor descendiente de irlandeses, me informó que si tenía tiempo en una hora me llevaría de tour por las casas de la colonia. Tenía tiempo suficiente para ver las exposiciones.

En el ala este del edificio, una muestra mostraba la actividad económica y productiva de Staten Island, desde sus comienzos agrícolas hasta el apogeo en la Revolución Industrial. Un espacio destacaba el cultivo de ostras desde los Nativos Americanos hasta los colonos holandeses e ingleses. El mercado de las ostras en Nueva York es como para uruguayas el mercado de las vacas.

En el ala oeste del edificio, tuve el momento creepy del día. La muestra eran objetos, muebles, juguetes y fotografías de niños y niñas en la época de la colonia. Aquello era un montaje poco tradicional. Silencio, casa antigua de maderas crujientes, fotos de niños en blanco y negro, invierno soplando por las ventanas y unas nubes grises aproximándose. Sí, tuve que mantener la calma y no dejarme llevar por las paranoias para no salir corriendo.

No se preocupen. Todo mejoró. Pregunté a “la irlandesa” por una cafetería cercana, me moría de hambre. Me dijo “no, no hay nada en millas a la redonda”. Se disculpó, igual que la primera recepcionista. Pero, me ofreció su sandwinch de almuerzo. Al principio, no quería aceptarlo por vergüenza, ¡qué inconsciente no haberme preparado bien para la excursión! Me sentí avergonzada, pero, al final lo acepté. ¡Qué solidaria “la irlandesa”! Y después me llevó de paseo por la Villa.

Al caminar por aquellas callejuelas medio enterradas en el bosque, me contó que la primer casa que vi con el letrero VOORLEZER’S HOUSE, era un antiguo espacio de reunión de la comunidad colonial holandesa. El mismo espacio, era también, Escuela e Iglesia. Todo junto, ¡tres por uno! Aquella construcción fue declarada como la Escuela más antigua de toda América del Norte.

Con “la irlandesa” entramos al GENERAL STORE C. 1840. Un almacén general regentado por mujeres de la Colonia. No pueden imaginar que preciosa experiencia. Se parecía al Almacén de mis Abuelos en Montevideo. El establecimiento, como tantas otras de las 200 casas en Richmond Town, fue acondicionado por personas voluntarias. Los objetos que encontraron ahí se exponen ambientando el lugar como en el pasado. Es como un viaje al pasado de la colonia.

El tour de “la irlandesa” terminó en aquel Almacén pero seguí caminando por la Villa en solitario. Me despedí del Historical Richmond Town y fui paseando tranquila por la avenida principal que me conducía al Ferry. En la sentencia del conductor del Bus “aquí no hay nada”, sentí ese abandono con la mirada puesta en Manhattan, donde todo el movimiento de la ciudad se acumula. Se equivocaba, sí hay mucho que ver en Staten Island, ese lugar que nunca lo mencionarán en una película pero que sí las ambienta.

Paseos que realizamos sobre la historia social en Nueva York

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