Victoria Woodhool en 1872, mucho antes de que las mujeres consiguieran el voto en 1920, fue la primer candidata a la presidencia de Estados Unidos. ¿Cómo lo hizo? Se preguntarán, para contarles sobre la aventurera y audaz vida de Victoria, vamos a conocer cómo las mujeres consiguieron el voto, para ello, tenemos que empezar por el principio.
El documento de la Declaración de la Independencia, en 1776, fue un texto celebrado por la ideología republicana internacional y, también, el propulsor de la Revolución Francesa. Sin embargo, los derechos de libertad manifestados en la declaración, dejaron afuera y sin nombrar a la mayoría de la población, personas de raza, género y clase, oprimidas. Una fractura social que otorgaba todos los derechos a una supremacía blanca y masculina. Uno de los grupos afectados, las mujeres, parejas, en muchos casos de esos hombres de poder y blancos, no tardaron en darse cuenta en la posición que las habían relegado al dejarlas en desigualdad de derechos.
Declaración de Sentimientos
Las primeras mujeres que visibilizaron esa diferencia y pudieron saltar a la opinión pública, fue un grupo de cuáqueras y abolicionistas. El grupo religioso cuáquero, de origen protestante, fue la religión que tuvieron y tienen muchos habitantes en Estados Unidos desde la colonia. Esta religión a diferencia de otras, tiene creencias de igualdad entre hombres y mujeres. En las familias cuáqueras, las mujeres pueden hablar en público, ser administradoras de las finanzas familiares, tener títulos de propiedad y tomar decisiones familiares de importancia.
En 1848, un pequeño grupo de mujeres cuáqueras, tras asistir al Congreso Antiesclavista en Londres, organizaron en el pueblo del estado de Nueva York, Seneca Falls, una gran Convención para hablar sobre los derechos de las mujeres. Las impulsoras fueron Elizabeth Cady Staton, Carrie C. Catt y Lucretia Mott. El último día de la convención, crearon un documento llamado Declaración de Sentimientos, similar a lo que hubiera sido la Declaración de la Independencia.
En la declaración figuran doce decisiones sobre las restricciones políticas que tenían las mujeres como no poder votar, ni presentarse a elecciones, ni ocupar cargos públicos, ni afiliarse a organizaciones políticas o asistir a reuniones políticas. Iba también contra las restricciones económicas: la prohibición de tener propiedades, puesto que los bienes eran transferidos al marido; la prohibición de dedicarse al comercio, tener negocios propios o abrir cuentas corrientes y se expresaba en contra de la negación de derechos civiles o jurídicos para las mujeres. El texto es considerado el texto fundacional del movimiento feminista y da comienzo a la primer ola feminista. Este movimiento centraría sus esfuerzos en los años siguientes en dos importantes luchas: la abolición de la esclavitud y el voto de las mujeres en las elecciones.
Movimiento Templanza
Al mismo tiempo, otros colectivos de mujeres se organizaban, para ocupar espacios públicos o protestar por la violencia machista, de modos poco ortodoxos o dogmáticos. Uno de ellos fue el movimiento Templanza, muy anterior a la Convención de Seneca. Las mujeres cabeza de familia, empezaron a manifestarse en contra del alcoholismo de sus parejas. Con el alcohol, los hombres se gastaban el dinero fuera de sus casas en alcohol, juego o prostitución, cuando llegaban a sus hogares eran violentos con sus parejas, y las mujeres tenían que criar y conseguir dinero para mantener el hogar, además de soportar los golpes de sus parejas. Se fueron juntando mujeres de varios estados y denunciando el problema del alcohol.
Movimiento espiritista
Otro de los llamativos movimientos surgidos en la misma época, fue el del espiritismo. En el siglo XIX, las creencias religiosas en Estados Unidos eran muy puritanas y restrictivas, esto generó una escisión que derivó en la creación del manifiesto de libertades religiosas. En este movimiento, sus integrantes eran principalmente mujeres. Desde el conocimiento mágico, que se atribuían, podían hablar en público y ser escuchadas, por primera vez. Además, era una fuente de ingresos para muchas mujeres que no se habían casado, las que habían sido abandonadas y tenían carga familiar. Esta posibilidad de ganar dinero, se popularizó por la accesibilidad y muchas se convirtieron en mediums, trabajabando como consultoras desde su hogar. Esto les permitía poder criar a sus hijes. De esta forma, el movimiento fue creciendo durante medio siglo, convirtiéndose en algo masivo.
Desarticulación de los movimientos por la guerra
Estos tres movimientos de mujeres con tanto impulso y reconocimiento en los periódicos del momento, fueron desplazados a mitad del siglo XIX, por la mayor guerra que vivió Estados Unidos en su territorio. La guerra civil durante 1861 a 1865. Muchas de ellas, cambiaron sus prioridades para apoyar el bando al que iban a luchar sus parejas. Cocieron uniformes, hicieron comida para el ejercito, curaron heridas, incluso lucharon en el frente. Otra vez se repetiría la historia. En la Revolución por la Independencia, también lucharon, como Margaret Corbin. Tras la guerra contra los ingleses, los padres de la Independencia, eliminaron, incluso, los derechos que tenían en la época de la colonia holandesa. Después de la Guerra Civil, volvería a suceder lo mismo.
Resurgimiento post-guerra
La historia de Victoria fue la de muchas mujeres en la historia, hasta lograr sobresalir. Escapó de su casa con su hermana, por la misma razón que protestaban las mujeres del Movimiento Templanza. Su primer trabajo fue ofrecer sesiones de espiritismo, como la mayoría de mujeres del Movimiento Espiritista. Hasta hablar alto y claro sobre los derechos de las mujeres con el Movimiento Sufragista.
Victoria llegó a Nueva York, tras el final de la guerra civil. Después de pasar de la pobreza a la riqueza, tras su incursión como corredora en la bolsa, funda un periódico, para difundir artículos sobre el movimiento feminista, educación sexual, amor libre, voto femenino, espiritismo, vegetarianismo, uso de faldas cortas, prostitución legal y métodos anticonceptivos.
Victoria, saltó a la palestra en el House Judiciary Comitee, cuando testificó a favor del voto femenino frente a un público conformado en su totalidad por hombres. El argumento que utilizó, sorprendió a los expectadores. Aseguró que las mujeres ya tenían el derecho de votar, solo tenían que utilizarlo, debido a que la Constitución garantizaba la protección de ese derecho para todos los ciudadanos. Durante aquellos años, Victoria se convirtió en la cara visible del movimiento sufragista.
Primer candidata a la presidencia
Así dio su siguiente paso, uniéndose al partido político National Equal Rights Party y presentó su candidatura a presidenta de Estados Unidos. Desgraciadamente, tuvo que luchar con una fuerte campaña en su contra de poderosos hombres que ridiculizaron su candidatura y sus ideas. En la elección, éstos lograron que su candidatura no fuera elegida.
Pese a que no fue elegida, Victoria y su hermana, habían logrado que se volviera a hablar de la igualdad de derechos para las mujeres, concentrándose en reclamar el voto para las mujeres en un país de entre guerras. Reconstruyendo un tejido asociativo que volvía a activarse y haría posible el derecho a voto de las mujeres blancas en 1920 y el voto universal (afroamericanas, indígenas, asioamericanas, latinoamericanas) en 1965.
Créditos
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Paseos sobre la historia de las mujeres en Nueva York
- En el Paseo de la «Historia de las mujeres del Village», realizamos una parada en la que fue la casa de Victoria Woodhull y conocerás la historia del movimiento sufragista de las mujeres afroamericanas.
- En el Paseo «Mitsterios y fantasmas del Upper West Side», conocerás la historia de las Hermanas Fox y el movimiento espiritista.
- En el Paseo «La Bohemia de los años 20′ en Greenwich Village», descubrirás los movimientos de amor libre y la vanguardia artístico feminista.