Pauline Newman, fue una de las más importantes activistas de principio de siglo XX en el Manhattan industrial, pero, como suele suceder, poco reconocida o visibilizada en la memoria e historia de las calles y la ciudad. En el paseo «Mujeres rebeldes y migrantes del Village», cuento su historia en la primer parada del East Village. Lugar que, aún a día e hoy, sigue deprimido y su población vive de forma precaria.

El contraste social y económico, sigue siendo muy visual, después de 100 años, si caminas de este a oeste por el Village de Manhattan. En esta breve reseña biográfica de Pauline, les contaré sus primeros años, ya que las experiencias que vivió determinaron sus pasos activistas por vida.

Sus raíces

En 1890, nacía Pauline en Kaunas, Imperio Ruso (hoy Lituania). Desde muy temprana edad, mostró interés e insistió en estudiar. Sin embargo, el patriarcado de ese momento, no se lo permitió, negándole a una niña la educación, como a muchas otras. Sin embargo, como su padre daba clases, consiguió una silla para estar de «oyente». Aprendió, rápidamente, a hablar yiddish​ y hebreo. El yiddish​ es la lengua que habla la población judía Asquenazí, que, territorialmente se encontraban en las regiones de Europa del Norte y Europa del Este. Pauline, demostró aprender muy rápido, siendo muy buena estudiante, no fue suficiente para que le permitieran continuar sus estudios. Desgraciadamente, su padre falleció, esto hizo que también perdiera el derecho de «oyente» y finalizaran sus clases.

Además, el acoso y persecución a la población judía en el Imperio Ruso, era un riesgo para su familia. Los pogromos volvieron a ser una amenaza para la población judía. Los pogromos fueron olas de linchamientos a minorías étnicas en la Rusia Zarista y en otras regiones de Europa del Norte. La propaganda de la historia mainstream, muestra, hoy, a través de miles de productos mediáticos, a Zaristas como víctimas del Régimen Comunista. Pero la propaganda es propaganda, no la versión de los hechos, mostrando al malvado como bondadoso, al tirano como ejemplar dirigente, a familias monárquicas como víctimas de ideologías de izquierda. La familia de Zares, mantuvo, durante décadas, el acoso y la violencia extrema hacía la población judía. La madre de Pauline, al enviudar, tomó la decisión de huir con sus hijas de los linchamientos masivos.

Migración

En 1901, la familia de mujeres Newman, fueron de las 12 millones de personas que arribaron a la Isla de Ellis y entraron por las puertas del Centro de Inmigrantes (Inmigration Station). A día de hoy, en el muro de nombres de migrantes que se encuentra en la Isla, se puede encontrar el de Pauline. Los controles migratorios, no son muy diferentes a día de hoy. Quien conoce migrantes o lo es, sabe muy bien que tan injusto o desagradable puede ser ese control. Después de pasar, continuaron su rumbo hacía la Isla de Manhattan, donde, a través de la comunidad, consiguieron instalarse en los barrios bajos.

Para principios del siglo XX, Manhattan empezaba a ser una metropolí, después de un pasado siglo turbio y trágico. Ese pasado, como si fuera una maldición, continúa repitiéndose cíclicamente. Nueva York, tiene una sociedad compuesta en gran mayoría por migrantes o descendientes de migrantes. Esta es la clave, el corazón de su identidad. Todas esas personas llegaron a estas tierras para trabajar. En tiempos de Pauline, fueron a trabajar a las fábricas, era la revolución industrial. La mayoría de migrantes, llegaban con unas pocas ropas para empezar de cero en una ciudad industrializada, con otro idioma y con una desigualdad social creciente.

Nuevo hogar

La pista de aterrizaje, donde muchas personas tenían contacto al llegar, era en la zona del bajo Manhattan del lado este. Donde se encuentra Chinatown o Little Italy. Pauline y su familia fueron allí, consiguieron una vivienda precaria, para vivir juntas bajo el mismo techo con más personas. Estas viviendas se llamaban Tenement Buildings (Edificios de Inquilinos). Las construcciones de materiales malos y pésima seguridad, eran arrendadas por algunos hombres que, también, eran dueños de algunas fábricas del lado oeste. En otros países del continente Americano con el mismo flujo migratorio de ese momento, a viviendas precarias se les llamó Conventillos, Medio Mundo, etc.

Esta situación de marginalidad en el Bajo Manhattan, fue retratada por Jacob Riis en el libro ‘Cómo vive la otra mitad’ (How the Other Half Lives), en 1888. Para cuando Pauline fue a vivir a uno de esos apartamentos era 1901, las condiciones habían cambiado, pero para peor. Eran más migrantes y menos lugar. Con la llegada del subway, eventualmente, hubo una migración a otros municipios. Sin embargo, hasta casi los 30′, la zona del bajo Manhattan fue densamente poblada por clase obrera.

Trabajo en las fábricas

Pauline y sus hermanas, empezaron a trabajar en distintas fábricas. A la edad de 9 años, a Pauline le tocó hacer trabajo pesado en una fábrica de cepillos. El camino desde sus hogares hasta la zona de fábricas les llevaba unos 15 minutos o algo más. Manhattan de este a oeste tiene aproximadamente 4 kilómetros, en la zona del Village. Como lo transmito en los paseos, el desarrollo de la historia social y sindical de Manhattan, se da en un contexto territorial de proximidad. Por ello, las distancias a pie que hacían Pauline y muchas mujeres, las podemos hacer nosotras hoy en día y descubrir en esos lugares por qué surgió el reclamo y protestas por las desigualdades sociales.

Pauline pasó a trabajar en fábricas textiles cuando era adolescente. En una de las que trabajó se llamaba Triangle Shirtwaist Factory, y de la que hablo en el artículo sobre la Huelga de las Costureras, en la que Pauline también participó. Shirtwaist, es el nombre de una particular prenda muy de moda en aquel momento. Las empleadas de las Fábricas, ganaban poco, trabajaban en pésimas condiciones, tenían que pagar sus materiales o tener máquina de coser propia. No muy distinto a lo que hacen algunas fábricas ahora, en algunos países de Asia. Además, se hacía explotación infantil, por lo que, una niña como Pauline fue a trabajar desde muy pequeña.

Primer lucha

Pauline, descubrió la relación del dinero con los gastos de un hogar, al ser una de las que aportaba a esa economía familiar. La relación con otras compañeras de trabajo, fueron cuajando sus ideas y dándole fuerzas para luchar. Se inicia como activista en la Huelga de Alquileres de 1907. Durante meses, habló con todas las vecinas del barrio, reclutándolas, haciéndoles ver la injusticia de pagar alquileres elevados por pocilgas de cuatro paredes que estaban a punto de caerse. Cuando el grupo estuvo conformado, se llamó «Mujeres Autosuficientes» e hicieron una acampada de protesta a orillas del Río Hudson. Un lugar clave de la Industria en ese moemnto, ya que, por el Río Hudson, se recibían materiales del interior de Estados Unidos a través del Erie Canal.

Debido que muchas personas iban a ser desahuciadas en el barrio y otras no podían pagar altos alquileres, la causa de las «Mujeres Autosuficientes» fue calando en el vecindario. Mientras que, las adolescentes trabajaban en las fábricas, las mujeres que estaban en sus hogares, cuidando a sus hijas e hijos, fueron de puerta en puerta convenciendo a todo el vecindario de ir a la Huelga de Alquileres y no pagar el alquiler del mes. El 26 de diciembre de 1907, tras meses de trabajo de organización, empezó la huelga de alquileres en Nueva York. La causa congregó a 10.000 familias del Bajo Manhattan que se negaron a pagar el alquiler. Pauline Newman, como líder de la huelga, fue apodada por el New York Times como la Juana de Arco del Lado Este (East Side).

La huelga finalizo el 8 de enero de 1908, Pauline tenía 16 años. De esas 10.000 familias, sólo a 2000 le redujeron sus alquileres. Lo más importante de la Huelga, fue la creación de una red de mujeres con una lucha común para la sostenibilidad de la vida en distintas áreas. Personas destacadas de otros movimientos, sugirieron la limitación de las rentas al 30% de los ingresos de cada familia. Sugerencia que no se implementó por parte del gobierno. Sin embargo, esta sugerencia sembró el terreno para que se implementará el control de alquileres en 1930. Cuando Pauline Newman, tenía ya 43 años.

Legado

Gracias a ese tejido asociativo, nacido al calor de una Huelga, llevaría a Pauline a desarrollar su carrera como activista, dirigente sindical y participante de grupos políticos durante toda su vida. Esta mujer luchadora es, una clave para conocer la memoria (y desmemoria) de la ciudad de Nueva York. Otras de sus luchas en la Historia Social fue su participación en la Huelga de las Costureras; el movimiento sufragista y el derecho a voto; el reclamo por condiciones laborales dignas, abolición de la explotación infantil, la igualdad de salarios a través del sindicato de mujeres costureras International Ladies Garment Workers Union (ILGWU) y su contribución como consultora en el sistema de salud durante la segunda guerra mundial. Hasta los años 70′ se mantuvo activa participando en el movimiento feminista con perspectiva intersectorial.

Una mujer como Pauline, se merece un recordatorio en las calles de Manhattan, algo que diga el gran aporte que hizo a esta ciudad como migrante, trabajadora y mujer. No lo tiene. Por eso, si algún día visitas Nueva York, y te encuentras cerca de la calle Madison St, recuerda que estás caminando sobre sus pasos.

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